Singular Journal - Casa de valores

El ABC de las pensiones (Parte 4)

Un elemento central en todo programa de pensiones son las inversiones, que no son otra cosa que las cotizaciones acumuladas de los asegurados, puestas a producir en forma rentable y con los menores riesgos posibles.

Un sistema que no invierta, al final no podrá pagar más que lo que recibió. Con ese dinero, cuyo poder adquisitivo ha sido carcomido por los años y la inflación, no es posible una pensión para nadie. Los fondos deben invertirse para que crezcan, ¡ese es su fin!. Esto es una verdad de a puño en cualquier sistema, ya sea de beneficio definido o de capitalización individual.

Así, los elementos críticos de cualquier régimen de inversiones son, por una parte, la filosofía y la estructura de ese régimen y, por otra parte, el manejo correcto y certero de la cartera de inversiones.

La primerísima reflexión filosófica que debe tenerse al diseñar un régimen de inversiones es que, estamos hablando de un sistema de ahorro cuyo principal objetivo es preservar el capital del asegurado y de allí, obtener un retorno que no comprometa ese capital. 

Esta consideración es fundamental porque a menudo se vocifera a favor de “el fin social” o de “la vocación desarrollista” de estos fondos, señalando que deben orientarse a programas, que si bien tienen mérito social, no tiene las características de riesgo o retorno para calificar como una inversión pensional.

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