Inflación y el mercado de valores
Una combinación de factores de oferta y de demanda a nivel mundial, le ha abierto la jaula a un rápido crecimiento de precios y de allí una creciente inflación. Los efectos, a lo largo y ancho de la economía mundial son de mucho cuidado. En el mercado de valores, la creciente inflación obliga a los inversionistas a reevaluar esa variable en sus inversiones, de allí, replantear su estrategia.
La sabiduría convencional dicta que las carteras de inversión se deben estructurar en una proporción de acciones de alto rendimiento y volatilidad y otra parte en bonos o títulos de deuda, de menor retorno, y menor volatilidad. Las proporciones de una y otra fluctúan entre 60/40 o 50/50 y depende mucho de cómo ven, los asesores de inversiones, el mediano plazo.
La razón fundamental para diseñar las carteras así, es que, usualmente, las acciones y los bonos están negativamente correlacionados. O sea, cuando unos suben de precio los otros bajan. Esta mezcla da como resultado final una cartera balanceada con protección de las fluctuaciones y de ello, retornos estables.
En un artículo reciente, el super economista y profesor Noriel Roubini, señala que, en periodos de percepción baja de riesgo, los inversionistas están optimistas, y los rendimientos de acciones y los bonos subirían, pero ese aumento de rendimiento en los bonos significa una caída en el precio de los bonos y una pérdida en ese tipo de inversión. Cuando el sentimiento del mercado es al revés, los rendimientos y los precios se comportan a la inversa, o sea caen las acciones, pero los precios de los bonos suben, al disminuir su retorno. Así mercados en expansión significan mejores precios para las acciones y mejores rendimientos para la renta fija. En una recesión, pasa al revés.
Esta correlación negativa de bonos y acciones presupone baja inflación, dice Roubini. Y tiene razón, porque cuando hay inflación, el costo del dinero aumenta, y así aumentan los rendimientos de los bonos, pero los precios de los bonos se derrumban. Y entre más inflación más cuesta el dinero y menos valen los bonos.