Encontrando la sinfonía adecuada en un mundo de ruido financiero
En condiciones normales, las principales clases de activos históricamente han mostrado cierta descorrelación.
Los últimos años, seguramente van a quedar en los libros de historia debido a los diferentes acontecimientos que han sucedido a nivel global… todos con repercusiones importantes en los distintos segmentos de la economía que han impactado en gran medida el comportamiento normal de los mercados financieros. Probablemente las noticias hoy no sean las más alentadoras, pero dentro de todo el ruido que se escucha seguramente puede haber una sinfonía. Para iniciar un poco de contexto, será algo resumido, pero los eventos han sido varios.
Para nombrar algunos, el año 2020, con las primeras noticias de la llegada del Covid-19 y el miedo apropiándose de la población mundial vimos como los principales índices ingresaban en un mercado bajista (caída de más del 20%) a una velocidad pocas veces vista anteriormente. Inmediatamente después, tras el anuncio de hallazgos positivos sobre vacunas que pudieran controlar la pandemia y el uso al máximo de todas las herramientas posibles de los bancos centrales para añadir liquidez en los mercados, hemos podido observar uno de los mercados alcistas más agresivos de la historia (2021). En el cual, los inversionistas alentados por un entorno de tasas de interés bajas y excesos de liquidez veían como los rendimientos en sus inversiones de forma indiscriminada se incrementaban de forma considerable.
Con resultados alentadores para poder controlar una pandemia que dejó un daño irreparable en tiempo récord, el 2022 nos encontramos con el inicio de una nueva guerra… para nuevamente dar inicio a uno de los peores años de la historia en términos de rendimiento para los mercados financieros. En condiciones normales, las principales clases de activos históricamente han mostrado cierta des correlación, lo que significaba que si, por ejemplo, la renta variable se movía en una dirección, la otra clase de activo más grande como la Renta Fija se movía en alguna medida hacia la dirección contraria…el año 2022 fue todo lo contrario… vimos uno de los años con mayor correlación positiva, lo que significó que ambas clases de activos se movieron en direcciones similares causando uno de los peores años en términos de rendimiento.

Después de todo esto, empezamos el 2023… con la quiebra de distintas instituciones financieras que han despertado la atención y la incertidumbre a nivel global. Para hacer un pequeño resumen, el 10 de marzo se dio la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB), lo cual significó la segunda quiebra en tamaño en la historia de Estados Unidos, así como la más grande desde la crisis del 2008. Las razones de este evento pueden ser varias y mínimamente discutibles desde distintos puntos de vista, como por ejemplo está lo que mencionamos en nuestro artículo sobre como los nuevos riesgos sistemáticos son la nueva epidemia, pero lo que no podemos ignorar es que tuvo un efecto contagio inmediato.
Dos días después, se informó del cierre del Signature Bank, lo que se considera la tercera mayor quiebra de la historia de Estados Unidos. El efecto no terminó ahí, inmediatamente vimos como las entidades financieras del país americano tuvieron que intervenir con un plan de rescate para First Republic Bank de más de 30,000 millones de dólares para garantizar los depósitos y evitar otro evento de estos.